Ya estaba hasta el
gorro de la paja, le dolía la pichula de tanto que la sobaba, hacían con ganas
el cuerpo de una mujer, no para tener relaciones si no para compartir su ser,
un día conocía a Luciana, una chica que le fascino y le trastorno por siempre,
lo dejo perplejo con una mirada tan encantadora y seductora que ni el mismo se
creían capaz de soportar algo así de esa manera, así que era hora de luchar por
ella, era hora de volverse un caballero del zodiaco. La conquisto y el beso que
le dio fue tan placentero que destruyo todos sus miedos y apago todos sus vicios.
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